A mediados de julio, casi 50 empleados agrícolas de Washington se reunieron para escuchar a dos invitados especiales de California.
Silvia López es una trabajadora agrícola de la granja Gerawan en California, uno de los productores de frutas más grandes del país.
Francisco Cerritos fue un empleado de la unión de trabajadores agrícolas de United Farm Workers durante mucho tiempo, donde su trabajo consistía en ser un “submarino” infiltrándose en las granjas que los líderes de la UFW apuntaban a la acción sindical.
Estos líderes de trabajadores agrícolas fueron llevados a una reunión en el este de Washington por Save Family Farming, un grupo de defensa de las granjas de Washington dirigido por agricultores de diversos tipos en todo el estado.
Silvia López, acompañada por su hija, su yerno y su nieto, habló apasionadamente de su esfuerzo por llevar a los 5000 campesinos de Gerawan a votar para descertificar al union.
Ella y su familia explicaron que, aunque los trabajadores habían votado para que la UFW los representara en la década de 1990, después de esa votación, la unión desapareció, excepto para sacar dinero de sus cheques de pago.
Cuando los trabajadores necesitaban ayuda de la unión en un asunto, no recibían respuesta.
Ella y otros se cansaron de pagarle a la unión el 3% de su dinero duramente ganado sin ninguna razón y, en su propio tiempo, hablaron con otros acerca de trabajar juntos para ponerle un alto al abuso de la unión.
Explicó que después de que los trabajadores votaron, la junta laboral del estado de California, controlada por los afiliados a la unión, se negó a permitir que se contaran los votos.
Durante cinco años, la junta estatal rechazó que se escuchara la voz de los trabajadores, pero Sylvia se negó a rendirse.
Con la ayuda legal gratuita del abogado Anthony Raimondo de Fresno, los trabajadores pasaron por varias agencias y apelaciones legales hasta que la Corte de Apelaciones de California obligó al estado a contar los votos.
Descubrieron que más del 90% de los 5000 trabajadores votaron para despedir a la unión. Puedes leer todo sobre esta lucha en el sitio web pickjustice.com.
Francisco Cerritos, hablando solo en español, les contó a los empleados de la granja sobre su experiencia trabajando con la UFW como organizador sindical.
Trabajó para ellos durante más de diez años y su pasión por ayudar a los trabajadores agrícolas es clara.
Explicó que trabajó como un “submarino” infiltrándose en las granjas elegidas por la unión a la acción sindical para persuadir a los trabajadores a que apoyaran al sindicato o que participaran como la “víctima” en una acción legal contra la granja.
Demandar a las granjas por numerosas denuncias de maltrato a los trabajadores es una táctica que usa UFW en Washington para obligar a los agricultores a firmar contratos sindicales.
Cerritos dijo que descubrió que los empleados de las granjas a las que se dirigía eran tratados generalmente mejor de lo que UFW trataba a sus propios empleados.
Decidió formar un sindicato de trabajadores de la UFW y fue despedido por el sindicato en represalia.
Luego presentó una demanda colectiva en nombre de varios empleados del sindicato y ganó el juicio de $1.8 en contra de la unión por varias formas de robo de salarios y descansos perdidos, las mismas acusaciones que UFW hace contra granjas.
Excepto en este caso, el tribunal encontró que las acusaciones eran ciertas.
UFW terminó pagando $ 1.3 millones.
Ahora, el Sr. Cerritos está comprometido a proteger a los compañeros trabajadores agrícolas de una organización que considera perjudicial para los trabajadores y abusiva de sus propios empleados.
El abogado Raimondo comentó en la reunión que muchos trabajadores vienen de México para trabajar en los Estados Unidos debido a la corrupción de las uniones de trabajadores en México llamados “sindicatos”.
Ese también es el término que los trabajadores familiarizados con UFW se refieren a la unión de California también.